Las malezas de difícil control se convirtieron en el principal problema de la producción agropecuaria, ya que abarca una gran parte de nuestro territorio agrícola nacional. Esta compleja situación se hace evidente porque las malezas comienzan a desarrollar menos sensibilidad a los productos sistémicos y aparecen los quemantes como alternativa de control.
La resistencia o la pérdida de sensibilidad, se da cuando una población de malezas ha adquirido genéticamente la capacidad de tolerar una dosis de herbicidas que sería letal para la población original. El grado de resistencia puede variar desde la tolerancia a una mayor dosis hasta la insensibilización del producto.
Actualmente se plantean distintas estrategias de manejo, teniendo en cuenta que las consideraciones para su aplicación dependen del tamaño así como de su etapa de desarrollo. Cabe destacar la importancia del monitoreo y reconocimiento de estas.
El equipo de Marketing y Desarrollo de ALZ-Agro participó del “Encuentro Nacional de Monitoreo y Control de Plagas, Malezas y Enfermedades”, que organiza la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba. Esta reunión anual convoca cada año a los especialistas de protección vegetal de nuestro país y de Latinoamérica.
Durante la presentación tomaron nota de las advertencias dadas por el ingeniero agrónomo Federico Venier sobre el uso de herbicidas quemantes: aunque en Argentina no se ha detectado resistencia a este principio activo, en otros países si la hay.
Los cuatro pilares son:
Dadas las últimas resistencias observadas:
Se puede decir que los principios activos como glifosato, PPO, ALS, hormonales y FOP, perdieron efectividad de control dadas las resistencias generadas. Por lo tanto, aplicando diferentes técnicas de manejo, nos permitirá contar con tecnologías como triazinas, glufosinato, cloroacetamidas, HPPD y PSI, a largo plazo.